Producto de aquella actitud firme y combativa de distinguidos miembros del foro, la Corte tan cuestionada renunció en pleno, acto que dio paso a la elección de nuevos magistrados. El pueblo ejerció presión directa en el Salón Azul de la Asamblea y ésta eligió una nueva Corte Suprema de Justicia con elementos de apoyo popular y de signo contrario al régimen martinista. El Tribunal Supremo quedó integrado así:
Presidente, Dr. Miguel Tomás Molina;
Magistrados de la Cámara de lo Civil:
Dr. Alonso Reyes Guerra, Dr. Carlos Azúcar Chávez y Dr. David Rosales H.;
Magistrados de la Cámara de lo Penal:
Dr. Sarbelio Navarrete, Dr. Francisco Chávez Galeano, Dr. Rafael Antonio Carballo,
Magistrado Suplente fue el Dr. Lucilo Villalta.
También fueron electos como Primero y Segundo designados a la Presidencia los Doctores Miguel Tomas Molina y Sarbelio Navarrete.
Doctor Miguel Tomás Molina
Magistrado Presidente
(Decreto N° 44 de 26 de mayo de 1944)
El ambiente político se agitaba cada vez más. El pueblo se manifestaba a favor del médico Arturo Romero, a quien llamaban «El Hombre Símbolo de la Revolución», por haber sido uno de los líderes civiles del alzamiento del 2 de abril. En vista de que el Dr. Romero se ausentó del país para tratarse en Estados Unidos las heridas recibidas, elementos romeristas o no, radicalizados, divulgaron consignas e ideas revolucionarias que preocupaban profundamente a los militares y elementos muy conservadores. Ante aquellas tensiones y confrontaciones no faltaban deseos golpistas contra el General Menéndez. Dice al respecto el citado Dr. Carballo:
«La situación que se vivía entonces condujo a que el 4 de julio (de 1944) se reunieran en Casa Presidencial, quizá más de doscientos militares uniformados, con la presencia del Gabinete de Gobierno y. también de la Corte Suprema de Justicia y muchos ciudadanos particulares para discutir la situación política que vivía la República. En el fondo era una confrontación que casi amenazaba con un golpe de Estado. El motivo principal era que se hacía necesario decretar una nueva Constitución para resolver el vacío existente, provocado por los Estatutos martinistas que regían sólo de hecho, y dado su origen viciado e ilegítimo, eran repudiados por el pueblo. Pero esta idea de decretar una nueva Constitución inquietaba al Ejército, el que acaso podría pensar que ello amenazaba con cambios muy desfavorables para la institución armada».
Surgió entonces una propuesta conciliadora que partió de la Corte Suprema de Justicia. En vez de promover una nueva Constitución, la Corte propuso restaurar la de 1886 dejando sin efecto las viciadas Constituciones de Martínez. : Esta resolución se conoció como «Decreto de los Tres Poderes» , el cual fue dictado el 11 de julio de 1944.
No obstante, tal medida democratizadora, el desorden civil continuaba. El partido «Romerista» y el «Castanedista» protagonizaron violentos desórdenes, y entre los militares crecía la inconformidad. Se acusaba al General Menéndez ser demasiado tolerante. En la noche del 21 de octubre de 1944, extrañamente y presionada por la Fuerza Armada, la Asamblea Legislativa se reunió en el cuartel «El Zapote». Fue llamado el General Menéndez a quien se conminó para que renunciara inmediatamente. La dócil Asamblea eligió Primer Designado al Coronel Osmín Aguirre y Salinas, Director de la Policía, olvidando que los doctores Molina y Navarrete eran legítimos Primero y Segundo Designados. De acuerdo a la lógica jurídica y constitucional, el Coronel Aguirre y Salinas a lo sumo, podría ser un Tercer Designado. Sin embargo, el citado militar fue llamado inmediatamente para ser juramentado como Presidente de la República en subrogación del General Menéndez.
«Aquel golpe de Estado indignó a la Nación y de inmediato comenzaron las voces de protesta. En medio de aquella ola de indignación la Corte Suprema de Justicia tuvo que definir su actitud, y haciéndose eco del clamor nacional y por su propia responsabilidad histórica, dictó el acuerdo que textualmente dice: … «
El decreto en referencia hacía ver en su parte sustancial que ante la renuncia del General Menéndez debería ocupar la Presidencia el Primer Designado «por el orden de su nombramiento». Aunque no lo expresaba textualmente el acuerdo, se deducía que el ciudadano que debería llamarse a la primera magistratura era el Dr. Miguel Tomás Molina. En cambio en la reunión del 21 de octubre y esto si lo dice el decreto fue llamado el Coronel Aguirre y Salinas, quien era legalmente Tercer Designado respecto a los otros dos anteriormente electos. Las categóricas frases con las que concluye el acuerdo en referencia son estas:
«Por tanto, el Supremo Tribunal de Justicia, como poder del Estado y en uso de las atribuciones que le otorga la Constitución ACUERDA : hacer esta exposición meramente jurídica y alejada de cualquier otra pretensión, ante la Asamblea Nacional Legislativa, con el patriótico deseo de que la situación jurídica del Poder Ejecutivo se fundamente sobre una base de legalidad constitucional, lo más pronto posible, en obsequio a la tranquilidad que en estos momentos reclama la República».
La respuesta de la nueva dictadura no se hizo esperar: el régimen osminista ordenó instruir el juicio penal por sedición a todos los miembros de la Corte Suprema de Justicia. El 18 de noviembre de 1944 la Corte en pleno emitió otro acuerdo en el que deja constancia de su inconformidad por la violación constitucional y se retira de sus puestos «por la fuerza de las circunstancias». Este Acuerdo dice:
«No. 240. Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las nueve horas del día dieciocho de noviembre de mil novecientos cuarenta y cuatro. En vista del Decreto Legislativo con fecha de ayer, por el cual nombra nuevos magistrados de este Supremo Tribunal en lugar de los infrascritos que actualmente la integran, quienes fueron electos por la misma Asamblea para terminar el presente periodo constitucional, y no han interpuesto renuncia de sus cargos, el Tribunal ACUERDA: dejar constancia de su inconformidad, por considerar inconstitucional la designación de los nuevos magistrados; protestar por una destitución injustificada y manifiesta violación de nuestra carta fundamental efectuada por la Asamblea , y retirarse de sus puestos los suscritos miembros de dicho Tribunal, manifestando que lo hacen presionados por la fuerza de las circunstancias».
La Corte que sustituyó a la que presidía el Doctor Miguel Tomás Molina y a los demás Magistrados «incapacitados» por la Asamblea, quedó integrada así, por el mismo Decreto Legislativo del 17 de noviembre de 1944 que destituyó a la Corte anterior:
Presidente: Dr. Félix Antonio Gómez
Primer Magistrado: Dr. Vicente Cortés Reales
Segundo Magistrado: Dr. Sixto Barrios
Tercer Magistrado: Dr. Rafael Rodríguez Parada
CÁMARA DE TERCERA INSTANCIA DE LO CRIMINAL
Primer Magistrado: Dr. Juan José Merlos
Segundo Magistrado: Dr. Juan Benjamín Escobar
Tercer Magistrado: Dr. Joaquín Herrera González
Todos los ex-miembros de la Corte se asilaron en embajadas, salieron del país y se reunieron posteriormente en Guatemala, en cuya capital se organizó el Gobierno en el exilio, con el Doctor Miguel Tomás Molina, como Presidente.
NOTA: Datos «Historia de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador»
Gilberto Aguilar Avilés, 1a. Ed.- San Salvador, El Salvador.