Eso significa que los esfuerzos de conservación por sí solos son insuficientes para evitar el colapso de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad a gran escala. A nivel mundial, el costo de la restauración de la tierra, sin incluir la restauración de los ecosistemas marinos, se estima en al menos US$ 200.000 millones por año de hoy a 2030. El informe destaca que cada dólar que se invierte en restauración genera hasta US$ 30 en beneficios económicos.
Los ecosistemas que requieren una restauración urgente incluyen las tierras de cultivo, los bosques, los pastizales y sabanas, las montañas, las turberas, las zonas urbanas, las aguas dulces y los océanos. Las comunidades que viven en casi 2.000 millones de hectáreas de tierra degradadas incluyen algunas de las más pobres y marginadas del mundo.